DISCIPLINAS
¿elimina la transdisciplinariedad a las disciplinas?
La interdisciplina y, sobre todo, la transdisciplina eliminará a las disciplinas. El caso de la índole transdisciplinaria del enfoque de la complejidad, que es el más central para nuestros propósitos, nos brinda la ocasión para dilucidar la supuesta "eliminación" de las disciplinas por la transdisciplina. La historia del surgimiento del enfoque de la complejidad constituye un fehaciente desmentido a la aludida afirmación acerca de la eliminación de
las disciplinas. Tal historia –desde las primeras décadas del siglo XX, con mayor intensidad y evidencia en su segundo tercio, hasta la eclosión como tal del campo que hoy denominamos teoría o enfoque de la complejidad en la década del ochenta de dicho siglo— atestigua cómo su corpus transdisciplinario de conocimientos (conceptual, metodológico y metódico) se ha ido constituyendo a partir de una u otra disciplina (por cierto de numerosas de ellas, exactas, naturales, técnicas y sociales) y, con posterioridad, las ha nutrido con lo elaborado transdisciplinariamente. Así, nociones hoy arquetípicas del enfoque de la complejidad, como ‘caos’, ‘atractores’, ‘espacio de fases’, fueron asimiladas desde los estudios de la Dinámica física; otras, como las nociones de ‘estructuras disipativas’ y ‘ciclos autocatalíticos’, se incorporaron desde la Termodinámica física o Química y/o la Químico-física; nociones como las de ‘bifurcaciones’ y ‘fractales’ usufructuaron desarrollos de la Dinámica física y las Matemáticas; y la de ‘borrosidad’ se incorporó desde la Lógica y las Ciencias sociales; por su parte, las de ‘red distribuida’, ‘red de redes’, ‘retroalimentaciones’, ‘conectividad, fueron tomadas de la Cibernética, las Neurociencias y la Sociología. Con ello se ha ido articulando todo un arsenal conceptual, metodológico y metódico propio del enfoque de la complejidad que, mutatis mutandi, ha ido trascendiendo todas aquellas disciplinas –o aquellas multi e interdisciplinas— que le aportaron algún concepto o metódica. Pero hubo más: tal arsenal fue retornando a una u otra de dichas disciplinas, comenzó a ser empleado por ellas; y, por cierto, no siempre fueron solamente la noción o nociones, ni el método o métodos, que originariamente dicha disciplina aportara a la transdisciplinariedad. Así, hoy se emplean las nociones de ‘caos’, ‘atractores’, ‘bifurcaciones’, ‘espacio de fases’ y ‘estructuras disipativas’, para mencionar sólo algunas, en las más diversas disciplinas naturales, técnicas y sociales; y la comprensión de ‘redes en red’ ha sido adoptada como metáfora central por casi todo el espectro disciplinario. De modo que, lejos de contradecir –y mucho menos eliminar— a las disciplinas, el enfoque de la complejidad se nutre de ellas para realimentarlas posteriormente con sus propias elaboraciones. Lo mismo realizan otros saberes transdisciplinarios como la Bioética global y el Holismo ambientalista. Otra cuestión importante es distinguir entre disciplina y enfoque disciplinario. La transdisciplinariedad no elimina las disciplinas, pero sí pone fin al predominio de los enfoques disciplinarios, es decir, a la pretensión exagerada que supone que desde la perspectiva de una disciplina aislada se puede aportar un conocimiento totalizador sobre el mundo.
La interdisciplina y, sobre todo, la transdisciplina eliminará a las disciplinas. El caso de la índole transdisciplinaria del enfoque de la complejidad, que es el más central para nuestros propósitos, nos brinda la ocasión para dilucidar la supuesta "eliminación" de las disciplinas por la transdisciplina. La historia del surgimiento del enfoque de la complejidad constituye un fehaciente desmentido a la aludida afirmación acerca de la eliminación de
las disciplinas. Tal historia –desde las primeras décadas del siglo XX, con mayor intensidad y evidencia en su segundo tercio, hasta la eclosión como tal del campo que hoy denominamos teoría o enfoque de la complejidad en la década del ochenta de dicho siglo— atestigua cómo su corpus transdisciplinario de conocimientos (conceptual, metodológico y metódico) se ha ido constituyendo a partir de una u otra disciplina (por cierto de numerosas de ellas, exactas, naturales, técnicas y sociales) y, con posterioridad, las ha nutrido con lo elaborado transdisciplinariamente. Así, nociones hoy arquetípicas del enfoque de la complejidad, como ‘caos’, ‘atractores’, ‘espacio de fases’, fueron asimiladas desde los estudios de la Dinámica física; otras, como las nociones de ‘estructuras disipativas’ y ‘ciclos autocatalíticos’, se incorporaron desde la Termodinámica física o Química y/o la Químico-física; nociones como las de ‘bifurcaciones’ y ‘fractales’ usufructuaron desarrollos de la Dinámica física y las Matemáticas; y la de ‘borrosidad’ se incorporó desde la Lógica y las Ciencias sociales; por su parte, las de ‘red distribuida’, ‘red de redes’, ‘retroalimentaciones’, ‘conectividad, fueron tomadas de la Cibernética, las Neurociencias y la Sociología. Con ello se ha ido articulando todo un arsenal conceptual, metodológico y metódico propio del enfoque de la complejidad que, mutatis mutandi, ha ido trascendiendo todas aquellas disciplinas –o aquellas multi e interdisciplinas— que le aportaron algún concepto o metódica. Pero hubo más: tal arsenal fue retornando a una u otra de dichas disciplinas, comenzó a ser empleado por ellas; y, por cierto, no siempre fueron solamente la noción o nociones, ni el método o métodos, que originariamente dicha disciplina aportara a la transdisciplinariedad. Así, hoy se emplean las nociones de ‘caos’, ‘atractores’, ‘bifurcaciones’, ‘espacio de fases’ y ‘estructuras disipativas’, para mencionar sólo algunas, en las más diversas disciplinas naturales, técnicas y sociales; y la comprensión de ‘redes en red’ ha sido adoptada como metáfora central por casi todo el espectro disciplinario. De modo que, lejos de contradecir –y mucho menos eliminar— a las disciplinas, el enfoque de la complejidad se nutre de ellas para realimentarlas posteriormente con sus propias elaboraciones. Lo mismo realizan otros saberes transdisciplinarios como la Bioética global y el Holismo ambientalista. Otra cuestión importante es distinguir entre disciplina y enfoque disciplinario. La transdisciplinariedad no elimina las disciplinas, pero sí pone fin al predominio de los enfoques disciplinarios, es decir, a la pretensión exagerada que supone que desde la perspectiva de una disciplina aislada se puede aportar un conocimiento totalizador sobre el mundo.
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